Certificación de autopilotos de drones
La certificación de autopilotos de drones es un elemento clave a la hora de desarrollar una plataforma y que obtenga, a su vez, la certificación correspondiente para poder realizar misiones avanzadas. Si un UAV cuenta con componentes que hayan sido certificados previamente, contarán con mayores garantías a la hora de demostrar las capacidades y funcionalidades necesarias para su uso profesional.
La certificación de autopilotos de drones en Estados Unidos
El estándar Militar de los Estados Unidos (como el MIL-STD 461F) garantiza que los productos cumplan ciertos requisitos mínimos y estándares de fiabilidad establecidos por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos.
El estándar de la certificación de autopilotos de drones también es utilizado por organizaciones gubernamentales o industrias no relacionadas con la defensa como una forma de demostrar que sus productos cumplen con los criterios. El autopiloto VECTOR de UAV Navigation ha logrado las siguientes certificaciones MIL-STD:
MIL-STD 810F
MIL-STD 461F
La personalización y la certificación
En UAV Navigation, sabemos que una de las características más importantes que buscan los fabricantes de plataformas es su personalización. El equilibrio entre flexibilidad a la hora de modificar el software y el hardware para su personalización, y entregar un sistema llave en mano certificable es muy difíciles de alcanzar.
El diseño del sistema y el proceso de verificación de la aeronave requiere un programa completo y muy exigente de análisis, agrupación de requisitos, verificaciones y pruebas que afectan a cada uno de los subsistemas dentro de la plataforma. Como ejemplo de este exigente proceso, la certificación de autopilotos de drones es un proceso que requiere un código fuente muy claro y bien redactado, con reglas estrictas que solo los profesionales experimentados pueden modificar y desarrollar para asegurar la fiabilidad del sistema. El software y el hardware electrónico aerotransportado, partes críticas del desarrollo y cuyos errores podrían conducir directamente a un riesgo en la operación, deben desarrollarse de acuerdo con un estándar industrial o una metodología reconocida como adecuada por la autoridad competente.